Declaración de Fe de la IEPI

Los fundamentos y principios de la Fe y Doctrina de la iglesia son los siguientes: 

A.- Creemos en un Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo.  Existe un solo Dios verdadero, eterno, de infinito poder, sabiduría, bondad, amor, hacedor y preservador de todas los cosas, visibles e invisibles.  Es nuestro único Dios, existen tres personas de una misma sustancia, de existencia eterna, igual en santidad, justicia, sabiduría, poder y dignidad (Primera de Juan capítulo cinco versículo siete).

 

B.- Creemos en Jesucristo, único Salvador de la humanidad, hijo de Dios, quien no fue concebido por  voluntad humana, sino que por obra del Espíritu Santo, que murió en la Cruz del Calvario y resucitó al tercer día, ascendió al cielo y está a la diestra del Padre para interceder ante Él por los que le invoquen su nombre en espíritu y verdad.  El Hijo, el cual es la palabra del Padre, el único y eterno Dios, de una misma sustancia con el Padre siendo uno, tomó la naturaleza del hombre en el seno de una virgen, de modo que las dos naturalezas, la celestial y la terrenal se juntaron en la persona de Jesucristo, el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros, el cual no fue engendrado de sangre ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios, lleno de gracia y de verdad, que sufrió, fue crucificado, muerto y sepultado para reconciliarnos con el Padre para expiar todas nuestras culpas, por la cual vino la condenación a la humanidad, el pecado original.  Al tercer día resucita de los muertos en gloria y majestad y después de cuarenta días de haber resucitado ascendió al cielo para juzgar a toda la humanidad en el día final.  (Hechos capítulo uno, versículo tres), (Mateo capítulo uno versículo dieciocho al veinticinco), (Juan Capítulo uno versículos uno y dos), (Juan Capítulo uno versículos trece y catorce).

 

C.- Creemos en la autoridad de las Santas Escrituras como la palabra inspirada por Dios, la que está constituida por los sesenta y seis libros canónicos de la Santa Biblia, dividida en el Antiguo y Nuevo Testamento, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Creemos que la Santa Biblia es la palabra de Dios, la completa revelación del plan de salvación.  (Segunda de Timoteo Capítulo tres, versículo dieciséis).

 

D.- Reconocemos como sacramentos: El bautismo por inmersión y la Santa Cena instituida por el Señor que simboliza nuestra redención por la muerte y derramamiento de la sangre de Cristo en la Cruz. (Lucas Capítulo veintidós versículos siete al veintitrés), (Mateo capítulo tres versículos trece al diecisiete), (Lucas capítulo tres versículo veintiuno y veintidós), (Mateo capítulo tres versículo seis al ocho), (Lucas capitulo tres versículo ocho), (Hechos capítulo diecinueve versículo cuatro).

 

E.- Creemos que los niños deben ser presentados de acuerdo a las Sagradas Escrituras. (Lucas capítulo dos versículo veintiuno), (Marcos capítulo diez versículo trece al dieciséis), (Mateo capítulo diecinueve versículo trece y quince), (Lucas capítulo dieciocho versículo quince y diecisiete).

 

F.- Creemos en la resurrección de los muertos (Primera de Tesalonicenses capítulo cuatro versículo catorce).  Por esta razón Cristo vivió con un cuerpo mortal, sujeto al sufrimiento y a la muerte.  Su sufrimiento en la cruz del calvario fue necesario para nuestra redención.  El mismo cuerpo que colgó de una cruz y que luego fue dejado en una tumba fue el mismo que se levantó al tercer día en la resurrección, pero ahora con un cuerpo glorificado.  Así como Cristo es primicia en todo, así los creyentes que han redimido sus pecados en la sangre del Cordero y le han reconocido como su Salvador Personal, como sus cuerpos van al sepulcro, así también se levantarán con un cuerpo glorificado para inmortalidad (Mateo capítulo veintiocho versículos uno al diez), (Marcos capítulo dieciséis versículos uno al ocho), (Lucas capitulo veinticuatro versículos uno al doce), (Juan capítulo veinte versículos uno al diez).

 

G.- Creemos en la segunda venida de Cristo en las nubes en forma inminente, personal y premilenial.  La palabra inminente significa que la segunda venida de Cristo en las nubes está cercana, impredecible y que puede ocurrir en cualquier momento.  Nuestro deber es estar preparados como si su venida fuera hoy.  La palabra personal significa que el Señor mismo, volverá: Hechos capítulo uno versículo once “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como lo habéis visto ir al cielo”.  La palabra premilenial significa que el volverá antes del milenio, etapa durante la cual los benditos y bienaventurados de la primera resurrección, vivirán y reinarán con Cristo mil años.  Habrá dos etapas de la segunda venida de Cristo: La primera, con el propósito de tomar a sus escogidos que estén preparados para el arrebatamiento antes de la gran tribulación y la segunda, al final de la gran tribulación, cuando Él venga con sus Santos para destruir al ejército del anticristo, para juzgar a las naciones del mundo y para inaugurar el reino milenial, ( Mateo capítulo veinticuatro versículos veintinueve y cincuenta y uno), (Marcos capítulo trece versículos diecisiete y veinticuatro), (Lucas capítulo veintiuno versículos veinticinco y treinta y seis), (Apocalipsis capítulo veinte versículos uno y diez).

 

H.- Creemos en el bautismo del Espíritu Santo como poder regenerador y creador de una vida nueva, acompañada de gozo y alegría.  El bautismo del Espíritu Santo es obtenido por un acto de Fe del creyente consagrado a Dios y que está en busca permanente de la santificación.  Esta gran bendición, la cual suministra el poder para testificar el nombre de Cristo, está disponible a todos los creyentes cuyos corazones han sido limpios del pecado por la sangre de nuestro Señor Jesucristo.  El creyente, para que pueda vivir esta nueva vida consagrada al servicio del Señor y además sentir el poder del Espíritu Santo, debe constantemente consagrar su vida, libre de pecados, contiendas, palabras vanas, sacando todo orgullo, sino revestido de humildad, evitando actitudes y acciones que puedan contristar al Espíritu Santo de Dios (Hechos capítulo dos versículo cuatro), (Hechos capítulo dos versículos diecisiete y dieciocho), (Primera de Corintios capítulo dos versículo diez), (Primera de Corintios capítulo catorce versículos dos y tres).

 

I.- Creemos en la justificación por la Fe en Jesucristo y no por las obras de la ley.  Enseñamos y mantenemos firmemente la doctrina bíblica de la justificación por la Fe.  No creemos que las obras humanas o algún tipo de trabajo especial contribuirán para la justificación y salvación, las cuales se podrán alcanzar exclusivamente sobre la base de la Fe, en la muerte de Jesucristo y resurrección, como la justificación genuina ante Dios el Padre. Creemos en las buenas nuevas de salvación.  Cuando se cree y se acepta a Jesús como salvador personal, los pecados son perdonados, el creyente es justificado y entra en un estado de justicia, no por él sino por Jesucristo (Romanos capítulo nueve versículo treinta), (Romanos capítulo tres versículo veintidós al veintiséis), (Romanos capítulo cinco versículo uno al cinco), (Tito capítulo tres versículos cinco al siete).

 

J.- Creemos que los principios fundamentales del evangelio son: arrepentimiento, conversión, fe, consagración y santidad divina, a través del Espíritu Santo. (Hechos capítulo dos, versículo treinta y ocho). (Hechos capítulo tres, versículo diecinueve)

 

K.- Creemos que el Pastor debe ser llamado por el Señor (Hechos capítulo nueve versículo cuatro y seis) Y confirmado por imposición de las manos del Presbiterio recibir la autoridad espiritual para el ejercicio pastoral. (Hechos capitulo seis, versículo seis), (Primera de Timoteo capitulo cuatro, versículo trece y catorce).  Manifestamos tener el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a lo dictado por nuestra conciencia a través del Espíritu Santo (Juan capitulo cuatro versículo veinticuatro).  Sirviendo a Dios en orden, disciplina y obediencia (Colosenses capítulo tres versículos uno y seis), (Romanos capítulo trece versículos uno al diez).

 

L.-  Obedeciendo al evangelio de Cristo, debemos estar sujetos a los reyes, presidentes, gobernantes y magistrados; respetar y obedecer la ley, respetarnos mutuamente ya que somos la iglesia de Cristo. (Tito capítulo tres versículo uno al cinco).

 

M.- Como discípulos de Jesús y miembros de su iglesia visible aquí en la tierra, debemos ser honrados, sobrios, veraces, misericordiosos, como dignos creyentes del reino de Dios. (Tito capítulo dos, versículo dos al cinco y nueve al doce).

 

N.- Debemos mantener la comunión entre los miembros, promoviendo entre ellos su vida espiritual y moral dentro de las reglas del cristianismo y el amor fraterno (Primera de Juan capítulo cuatro versículos siete al once).

 

Ñ.- Creemos que el matrimonio fue establecido por Dios y debe ser contraído entre un hombre y una mujer (Génesis capítulo dos versículo veinticuatro).