Tan Cerca y Tan Lejos

MATEO 27:27-32

25 Era la hora tercera cuando le crucificaron. 26 Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDÍOS. 27 Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda. 28 Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos. 29 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: !Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas, 30 sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz. 31 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. 32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le injuriaban. 

Es mucho más sencillo creer en Dios en nuestra cotidianeidad, con nuestras vidas “normales”, que en las circunstancias que estamos enfrentando como humanidad. No es sólo “nosotros”, somos “todos” los que hemos visto profundamente trastocadas nuestras vidas  con el covid 19. Ya han habido grandes cambios a nuestro alrededor, entre los que quisiera que reflexionásemos en al menos 3 cosas muy importantes:

1.     Hemos visto expuesta nuestra fragilidad, lo simple y pequeña de nuestra existencia. Muchas veces vivimos pensando en que tenemos algún control de las cosas, pero la verdad es que no tenemos control de nada.

2.     Nuestros hábitos de vida han sido condicionados y drásticamente cambiados. Por cierto, es la parte con la cual todos estamos luchando. El encierro, buscar la forma de distraernos, y mantener la calma parece prioritario, frente al cruel panorama que las redes sociales y la tv nos muestran a diario. Como si esto fuera poco, esto definirá el avance del covid 19 y probablemente si estaremos en pie en el corto y mediano plazo.

3.   Por último, evidentemente que nuestras prioridades han sido cambiadas. Muchas de las cosas a las que les asignábamos un valor preponderante, ya no lo tienen. Por el contrario, muchas de las cosas que tenían un verdadero valor y que muchas veces postergamos, ahora sí han cobrado un gran valor para todos nosotros, como por ejemplo nuestras familias. Pareciese que el haber realizado el mes de la familia nos estaba preparando precisamente para esto. Estar encerrados dificulta las relaciones humanas, hay un mayor stress, enojos y preocupación, por lo que debemos hacer todo el esfuerzo que esté a nuestro alcance por permanecer unidos, colaborando los unos con los otros, siendo empáticos con la frustración del otro y sobretodo, amándonos de todo corazón, buscando al Señor en el seno de nuestros hogares.

La gente a nuestro alrededor cuestiona el sistema que nos rodea, la salud, los ministros y el presidente…. El pronóstico es sombrío y me pregunto ¿cómo estaremos reaccionando como iglesia? ¿Tenemos, a pesar de los malos pronósticos, la fe y la seguridad de que Dios obrará?

Lamentablemente, son muchos a los que la prueba les puede estar desbordando. Viven con temor e inseguridad y les cuesta creer que algo buena pudiéramos encontrar en ésta situación.

Los Malhechores. En el pasaje que hemos mencionado hay dos malhechores, frente al mismo Hijo de Dios quien ha sido crucificado injustamente. Ellos están allí pagando el resultado de su proceder, eran hombres malos pero estaban en el mismo lugar de dolor con nuestro Señor Jesucristo. 

a.  El malhechor soberbio  se atreve a decir:

Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Lucas 23.39

Esta misma actitud vemos en la actualidad en muchos incrédulos que son soberbios y destilan rabia contra todo el que profesa fe. Están en las puertas de la muerte y aún no temen a Dios y son capaces de desafiarle. La gente dice: si existe Dios, que demuestre que existe.

La realidad de las escrituras es totalmente diferente. Dios no tiene que demostrarnos nada, todo lo que está sucediendo ha sido anunciado, Dios tiene el control de nuestras vidas, del covid 19 y no hay nada que suceda sino es por la voluntad de Dios.

El ladrón desafía al Señor: Sálvate y sálvanos a nosotros… es como si le reprochara algún derecho conferido. La humanidad caída no entiende la realidad del problema. Se atreven a juzgar a Dios, critican sus propósitos y se atreven a desafiarle a diario. ¿Acaso no hemos hecho eso? Con el aborto le dijimos a Dios que podíamos determinar quien vive y quien muere, con la ciencia echamos fuera a Dios y superpusimos el conocimiento humano, con la eutanasia nos propusimos tener “derechos” sobre la existencia, y tantas otras cosas que han llevado a construir un mundo sin Dios.

Lo doloroso de comprender esto es entender que Dios nos está hablando en ésta situación, como habitantes de éste mundo, que nos hemos olvidado de él, que no podemos jugar a ser dioses y salir limpios de nuestro pecado.

b.   El malhechor que gime por ayuda

40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

Por cierto, es muy llamativo como éste ladrón se presenta frente a nuestro Señor Jesucristo, enseñándonos a lo menos 5 cosas relevantes acerca de nuestro existir:

 

· ¿No temes a Dios? Pregunta el ladrón, como es posible que aún en las mismas puertas de tu muerte puedas tener un corazón duro. Muchos mantienen ésta misma actitud, porque siguen pecando a pesar del tamaño de la prueba que estamos enfrentando

 

· Estamos en la misma condenación. Esa es la realidad de todos nosotros sin Cristo. No existe meritocracia en el cielo, todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios.

 

· Justicia. El ladrón dice: nuestro padecimiento es justo. Me pregunto ¿es justo el castigo que Dios ha enviado a éste mundo? ¿se ha equivocado Dios trayendo éste juicio tan doloroso?. Como iglesia debemos también hacer una auto crítica…. Podemos ser luz, podemos predicar, podemos anunciar el evangelio, podemos rescatar a los hermanos débiles y traer paz a nuestra tierra. Duele el corazón pensar que alguno de los que estuvieron con nosotros, gente con la cual compartimos, pueda tener un dictamen de muerte y no esté preparado para enfrentarla.

 

· El ladrón reconoce quien es Jesús: él dice acerca del maestro: éste ningún mal hizo. O sea, el reconoce que Jesús no merece estar allí con él. Él es hijo de Dios, él sólo hizo cosas buenas, el trae una buena noticia y le están dando muerte. Por lo tanto, esta es nuestra realidad:  No merecemos su compañía, no merecemos que él se acerque a nosotros y nos salve. No merecemos su favor y y su misericordia, sin embargo, ¡Él está con nosotros!

 

· Acuérdate de mí, cuando vengas en tu Reino. Siento al leer éste parte final, que el ladrón debió haber participado de alguna predicación de nuestro Señor. Él tenía un conocimiento previo, pero ahora había llegado su momento de arrepentirse y creer en el Hijo de Dios y pedir perdón de todos sus pecados.

Para muchos, en ésa época, ver morir a Jesús fue dejar de creer en él. Unos huyeron, otros abandonaron su propio llamado, defraudados por lo que pensaban que el mesías haría por el pueblo judío y su liberación. Sin embargo, éste ladrón ha creído de todo corazón: “acuérdate de mí, cuando vengas en tu Reino”. Eran palabras sencillas, pero el Señor Jesús sabe de la sinceridad de las palabras de él y le responde: “HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO”

Quiero terminar diciendo: esta clase de fe es la que debemos tener en éste tiempo. Creer cuando todo está complicado, porque el resultado de creer con sinceridad de corazón hará que Dios tome en cuenta nuestra fe. Por lo que te invito: NUNCA DEJES DE CREER

Nunca dejes de creer a pesar de la circunstancia, nunca dejes de creer, aunque duela y te sientas sólo, nunca dejes de creer, porque él creyó en ti y dio su vida en rescate por tu salvación. ¡Dios te Bendiga!

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33.3

 

Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13

 

Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16:31

 

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2

 

Obs. No estamos en la finalización de una predicación “normal”, pero ve y abraza a tu familia, bésalos y deséales bendiciones a los que están a tu alrededor.

 

Dios te bendice!!

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