Jesús Calma La Tempestad

 

Jesús calma la tempestad (Mt. 8:23-27)

23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. 25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos! 26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen

Los discípulos se encontraban trabajando junto al maestro en la tarea evangelizadora, lo que era un privilegio y una gran bendición. Nadie podría dudar que se encontraban haciendo la voluntad de nuestro Dios.

 Las condiciones eran inmejorables, el clima también lo era, tanto que otras barcas estaban cerca de la barca de los discípulos y mucha gente se había reunido a escuchar al maestro (leer relato de Marcos). La tempestad es inesperada y hasta contraproducente a un día tan fructífero de fe y de trabajo. Nuestro Señor Jesús estaba agotado y duerme, mientras los discípulos han de aprender algo muy grande y es que el hecho de estar andando fielmente en los caminos del Señor no nos librará de atravesar por las tormentas y tempestades de la vida.

1.     El examen de fe de los discípulos “vamos a perecer”. Por cierto, la situación es apremiante y de gran dificultad. Comience a pensar en las condiciones que esta pequeña barca navega: en condiciones artesanales, sin ningún tipo de tecnología, incomunicados de posibles ayudadores y lejos de la orilla. "vamos a perecer" no es solo el grito de navegadores inexpertos, sino también de hombres que se dedicaron a la tarea de la pesca en una etapa de sus vidas. es decir, por lo menos 4 de los que estaban allí pudieron tener un conocimiento cabal de lo que estaba sucediendo y el temor se apoderó también de ellos (ver Lucas 5)

 

2.     Nuestro Dios reprende la tormenta y se hace la paz. ¿Acaso la naturaleza tiene oídos? Nuestro Señor le advierte con autoridad: ¡calla, enmudece! él es nuestro Señor, él es quien gobierna nuestras vidas, él es nuestro Dios. Nada puede detener el poder de nuestro Dios, él tiene poder, dominio y autoridad absolutas. Confía en él y déjale que él sea tu paz, tu socorro, tu pronto auxilio, que él nos invita diciendo: clama a mi y yo te responderé!

 

3.     La mirada crítica de nuestro Señor: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? la situación de los discípulos era de veras apremiante y angustiante, pero lo que nuestro Señor les reprocha es que recién estuvieron aprendiendo de la obra de Cristo y del poder de Dios, pero una breve circunstancia parece ya haber mermado su fe. ¿tenemos una real fe en Dios o estamos cobijados a un método de creencia? ¿es la fe de Cristo una realidad en nosotros que estamos viviendo?.

Amados, pongamos en Dios nuestra mirada y descubramos en él, la fe suficiente que nos ayudará a enfrentar la situación que hoy nos está afectando como país.

¡Dios te bendiga!

1 Pedro 5:6-10 

6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 10 Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. ¡Amén!

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